miércoles, 5 de abril de 2017

LEY DE DIOS

Los diez mandamientos de la Ley de Dios son según la Historia Sagrada que aprendí yo: El primero, amar a Dios sobre todas las cosas. El problema es cómo amar al amor. Y como nadie lo sabía, a alguien se le ocurrió, que matar a su hijo por Dios. Será la mejor prueba de amor. Menos mal que a última hora se arrepintió, aunque quien inventó la historia dijo que se le apareció Dios diciendo, detente Abraham, no mates a tu hijo Isaaz, que el Señor ha probado tu obediencia.
Con el paso de los años, he aprendido a buscar a Dios por mi cuenta, y lo sigo buscando en la verdad de cada cosa.

El segundo: no tomar el nombre de dios en vano,. No blasfemar nos decían. Maldecir no es sano y quejarse de quien reparte la vida y la muerte, no es sabio. Dios no es una verdad establecida. Dios es...

El tercero: santificar las fiestas. Oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar, era lo que nos decían, mientras obligaban a trabajar casi en la esclavitud, a los desheredados de la Tierra, criticaban que sus familias no fueran a misa, y también que fueran mal vestidos.
De obligación, la fiesta pasó a ser derecho, y se sigue confundiendo una cosa con la otra, y pocas terminan en paz, y ninguna satisfacción.

El cuarto: Honrar padre y madre. Se daba por sentado que se lo merecían, y si no ya se encargarían ellos. La sagrada familia, la que soñamos todos y ninguno conseguimos.

El quinto: No matar. Y nos dijeron que Caín mató a su hermano Abel, porque Caín era malo y le iban peor las cosas por eso, porque Dios lo castigaba, negándole los frutos de la tierra ¿No sería más fácil decir que su maldad le castigaba porque el odio no deja ser feliz a nadie?
Caín le echa la culpa a Dios de su crimen, el que él solo cometió, por consentir pensamientos negativos.

El sexto: No cometerás actos impuros. Este mandamiento era el más peligroso, el más oscuro, Menos entendido. Y sigue siendo la perdición del mundo. Sobre todo lo que se refiere al sexo.

El séptimo: No hurtarás. Este mandamiento parece que se ha ido al limbo por aburrimiento.

El octavo: No decir falso testimonio, ni mentir. Inventar verdades no entra.

El noveno: No consentir pensamientos ni deseos impuros. Sobre este mandamiento, el peso del sexto y de todos los demás.

El décimo: Estos diez mandamientos se encierran en dos. Amarás a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo. Por eso yo pido, QUE LOS MUROS DE LAS FRONTERAS SEAN DERRIBADOS, LOS PARAÍSOS FISCALES DESTRUIDOS, QUE LAS ECONOMÍAS SEAN LIMPIAS, Y EL REPARTO DE LOS BIENES SE HAGAN CON JUSTICIA, PARA BIEN DE LA HUMANIDAD.

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