Hasta que llegue el equilibrio, que el verdadero feminismo busca, hemos de ser muy exigentes con los términos que definen el auténtico sentido feminista.
Los enemigos de la justicia, los que usan la ley del embudo, instalándose en lo alto y ancho, le dan la vuelta a las palabras y las colocan a su antojo.
El feminismo nace de la Tierra. La Madre Tierra. La mal- tra-ta-da por sus hijos, que sin entender la esencia, usan la fuerza bruta y la violencia, sin escuchar la voz de la conciencia. Desestabilizan cobardemente para ocultar su verdadero sentir que es la dependencia convertida en dominio. O sea, machismo. Consumismo excesivo, sin importar las carencias de quienes sufren por esos excesos.
Ausencia de salud en ambos extremos. Y sin salud no se puede ser feliz.
La inteligencia de la mujer, solo asusta a la torpeza y a la pereza por aprender. Aprender a ser felices no está en los lujos, las orgías y jolgorios. Y menos en otras dependencias.
La soledad es un sentir, por el hecho de existir. Y el miedo no se puede disfrazar, produciendo miedo a los demás. La soledad con humildad, no humilla. Nos pone en el camino de la sabiduría.
Aprender a ser, sin la necesidad de poseer.
lunes, 25 de marzo de 2019
viernes, 1 de marzo de 2019
DAR Y RECIBIR
Aunque cansadas mis manos,
se esfuerzan por trabajar.
Y yo siempre las animo
aunque cansadas están.
Siempre mi cuerpo me escucha,
cuando sus fuerzas menguadas,
esperan de mí respuestas,
que mi espíritu les manda.
Que es en él donde yo busco,
cuando las fuerzas me fallan,
el poder de lo infinito,
es la fuerza de las almas.
De mi pequeño universo,
al Universo de de todos.
Dulce energía en los pensamientos.
La calma en el rostro.
Y el rostro proyecta
la salud que manda
la fuente de amor.
El espíritu sana.
Sana el que confía,
y en su confianza
pide sin temor y
da en abundancia.
Pedir sin temor
con fe y esperanza.
Lo que no funciona,
confianza reclama.
se esfuerzan por trabajar.
Y yo siempre las animo
aunque cansadas están.
Siempre mi cuerpo me escucha,
cuando sus fuerzas menguadas,
esperan de mí respuestas,
que mi espíritu les manda.
Que es en él donde yo busco,
cuando las fuerzas me fallan,
el poder de lo infinito,
es la fuerza de las almas.
De mi pequeño universo,
al Universo de de todos.
Dulce energía en los pensamientos.
La calma en el rostro.
Y el rostro proyecta
la salud que manda
la fuente de amor.
El espíritu sana.
Sana el que confía,
y en su confianza
pide sin temor y
da en abundancia.
Pedir sin temor
con fe y esperanza.
Lo que no funciona,
confianza reclama.
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