A la casa del padre,
te has ido como querías.
Y algo nuestro te llevas contigo.
duele la ausencia,
pero es el destino.
Por entre las estrellas suspiros.
Que el amor siente vacío,
y a la vez alivio.
Cuanta veces el salmo noventa y uno.
Y solo al final tres veces interrumpido,
para que Vero y Fran cocluyeran.
Regresaste a la casa.
A la casa de donde venimos.
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