Volvemos a los principios,
aunque nunca vuelve igual.
Nos vamos a campo abierto.
Viejo camino al andar.
Sin merienda y sin capa.
La merienda nos da igual.
Aparece la tormenta
y acompaña al caminar.
Pocas nubes a la ida.
La nube sorprenderá,
y se unirá a sus hermanas
que poco a poco vendrán.
Y volvemos al camino.
A rastras las herramientas,
y venimos caminando.
Acompaña otra tormenta.
De Fuente El Roble venimos.
A Fuente Los Cantos paramos,
para volver al camino.
Para volver a mojarnos.
Sin tiempo para pensar.
Sí para sentir amparo,
y sonrío como los niños
con la fuerza de los años.
Y recuerdo otros caminos
cuando de niña llorando.
Solo la ausencia del miedo
que lo llevaron los años.
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