En el silencio espero y veo, una balanza descompuesta. tiene dos brazos, el de muchos pocos unidos y el de pocos muchos revueltos. Pesan más los muchos pocos porque ya saben que pueden conseguir el equilibrio si se aúnan. Los pocos muchos se empeñan en no ver lo que predican. Que en el término medio está la virtud. La balanza necesita equilibrio real, silencio y paz, o la balanza se descuelga y cae con todos los que tienen algo que perder y algo que ganar.
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