lunes, 2 de junio de 2014

LA FUERZA DEL ESPÍRITU

Nos hirió el hambre del entorno,
más que las carencias propias.
nos aturdió una educación opuesta,
más que el trabajo duro de la infancia.

El encuentro con la vejez recuerda,
y afloran los traumas ocultos.
Sufrimos la guerra sin vivirla,
y otras guerras ocultas que no vimos.

Pero ahí están en la memoria,
cobrando por lo que no hemos consumido,
en este paso por la vida
de otro pasar debemos nuestros vicios.

La vida son preguntas sin respuesta,
buscar la verdad oculta es,
la misión del hombre en esta vida,
caminar hacia el sol es amar.

Plantarle  cara a la vejez es,
mirar hacia adelante sin temor,
perdonar y perdonarse es vivir
y no dar cabida al rencor.

Amar y amarse siempre
mirar hacia adelante sin dolor,
que los errores pasados ya se fueron,
y esperar una vida mejor.

El espíritu nos libra de los males,
si no damos ningún poder al mal.
Ocupándose de lo que funciona,
por lo que no funciona, rezar.

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