Este cuento, sacado de la enciclopedia de la vida, tomo III,página 107, dice así:
Erase una vez un granjero y su hermosa hija Lina, quienes vivían felices en una preciosa granja.
Pero los malos tiempos, la sequía y las enfermedades arruinaron al padre que no podía pagar los impuestos al Rey.
El día señalado para el pago se dirigió con su hija a Palacio lleno de temor, pues temía perder su granja. El Rey hacía tiempo que se sentía atraído por Lina y al escuchar la relación de desgracias del granjero, vio la oportunidad de conseguir la mano de su hija.
-Te daré una oportunidad - exclamó el Rey-. De esta bolsa saco un rubí y una esmeralda: Lina debe decir en que mano oculto la esmeralda y si lo adivina podrás quedarte con tu granja. De lo contrario, serán mías la granja y Lina.
El granjero accedió a ello muy contrariado, pero mayor disgusto sintió su hija al ver que el Rey no sacaba una esmeralda y un rubí, sino dos rubíes. Cuando le ofreció ambas manos cerradas, Lina cogió una de las piedras y, sin mirarla, la dejó caer otra vez en la bolsa. Disculpándose por ello, explicó que la piedra restante en la mano del Rey indicaría cual era la que había dejado caer.
Gracias a esta estratagema, el granjero pudo conservar su granja.
Lina realizó un proceso de pensamiento "lateral"; dio la vuelta al problema en vez de buscar la solución más clara.
Probablemente es más creador y original que el proceso "vertical" o lógico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario