Otra vez los aparcamientos planeando sobre el parque, como plaga de langostas arrasando lo que queda.
Se empeñan en imponer, no le basta ahumar la Tierra. Se meten en sus entrañas, haciendo temblar el barrio. El engaño está a la puerta si no sabemos pararlo. Volverán a la palestra para quedarnos sin aire, cobrarán ellos las rentas de la esclavitud de un barrio que con su labia penetran para echárselo a los buitres, Salamanca paga y ellos pegan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario