Contra el hastío que el orden mundial produce, está la esperanza de que todo tiene que dar un vuelco.
En los años sesenta comenzaron en Madrid las expropiaciones de las viviendas viejas, para que los palurdos se rodearan de riquezas. Si eran viejas o no lo decidía el poder y el dinero. Arruinaron a muchas familias esos necios que dicen que lo primero es la familia. Los amigos de lo ajeno inventaron que por el progreso todo valía, como ahora todo vale y el capitalismo que se resiste a morir, está vendiéndose a sí mismo las viviendas de los que han confiado en un sistema que se dice democrático para poder seguir engañando al pueblo que en su desesperación pierde lógica y razón y ni siquiera confía en su intuición para decidir con acierto.
Ahí están vendiéndose lo de todos a precio de saldo, para especular y volver a engañar como lo han hecho hasta ahora de forma solapada.
Mucho me temo que con el miedo a no tener trabajo, vengan a apropiarse de los pueblos rurales y nos vendan la moto de que lo importante es tener trabajo a cualquier precio, que no es lo mismo que el derecho a un trabajo digno, y nos suman en una miseria más grade que la que ya tenemos y hemos tenido creyendo que lo importante es tener dinero a costa de lo que sea.
Decía una vieja sabia que al dinero le gusta mucho ir en burro, y ya lo estamos viendo ahora más que nunca con la famosa España nuestra tan conocida por la corrupción, el despotismo y la mala gestión.
vuelven a llenar las ciudades de andamios y vallas para que con el engaño se les llenen las urnas en este año de elecciones. Las malditas obras del engaño para volver a tropezar en la misma piedra.
Tengo la esperanza de un despertar, y que el trabajo digno no se consigue de rodillas sino con los pies en el suelo firme.
Pido disculpas a los que me piden firmas y mi firma no sale, como no puedo entrar en twiter. No me manejo bien en la informática y no sé por qué me ocurre esto.
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