Lo necesitan los ricos para serlo.
Aunque lo hayan sudado las víctimas.
Las matan sus herederos.
Los domingos van a misa
a confundirse con ellos.
Irán a pedir perdón
y a ver que ya quedan menos.
¡Qué triste es la hipocresía!
Que engaña sin compasión,
al frío, al tibio y al filibustero,
y al que sufre gran dolor.
Dinero para tirar.
No llega para el dolor
de ver a niños hambrientos.
Ni pan, ni paz, ni educación.
¿Quien ha inventado el sovaldi?
Fue la propia enfermedad.
Unas mentes trastornadas
nos ponen a trabajar.
La gente se mata por dinero.
Y el dinero es falso.
Nació para ser medio
y es fin y fracaso.
Broma que parece inocente.
El tiempo lo dirá.
Y dirá si la muerte
es una broma más.
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