Esta es la mano que escribe
la Suprema Libertad,
que da salida al deseo
de restablecer el orden.
Resplandece la llama de la prosperidad.
Éxito, gloria y culminación
en la conquista de la felicidad,
justicia, paz y amor.
Felicidad total y permanente,
por la gracia de lo trascendental.
Aceptando las leyes divinas,
se llega al equilibrio total.
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