lunes, 18 de enero de 2016

TRABAJO INÚTIL

Cuando se trabajaba duro, queríamos una lotería para poder descansar, quitarnos el yugo y salir de la rutina. Ahora queremos comprarnos  un trabajo, entrar en la rutina del yugo y no descansar.
En las zonas rurales donde hay tanto por hacer, las leyes y los incendios se encargan de despoblar, rebajar servicios y hacer chapuzas a la sombra de la jungla de los listos, a los que se admira por corruptos. Mucho me temo que se les siga imitando, creando puestos de trabajos inútiles para que vengan los listos al rescate, y se apropien de los pueblos, y que éstos trabajen para ellos más de lo que ya lo hacen. Y  además hagan creer que ha tocado la lotería.
¡Qué triste, perniciosa e insistente es la injusticia!
¡Ahí sí que hay trabajo, dolor y muerte!
Trabajo de quienes fabrican armas para matar. Trabajo de los que matan sin compasión.
¿También piensan que están trabajando los que no permiten aliviar el dolor y evitar muertes con sus decisiones?
Los ricos nunca trabajaron, en eso se distinguen de los demás. Ellos son la causa de la inutilidad.

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