martes, 27 de febrero de 2018

MONDONGO

Mucho sabemos los españoles de mondongos, sabre todo en Salamanca.
Los de mi edad recordamos los mondongos que venían después de las matanzas.Los que aunque pobres podíamos gozarlas y sufrirlas.
Los recuerdos de la infancia que más nos satisfacían, eran en nuestra ignorancia los de los mondongos. Venían a casa, los tíos y los primos, no todos, pero los necesarios para ayudar en los trabajos, y era una fiesta, que como todas, había que aguantarse entre cuñados y cuñadas. Después íbamos nosotros a sus casas a hacer los suyos.
cuando crecí, los mondongos me producían nauseas. Ese olor a tripas, y a la probadura o prebadura, (daba igual). Había que probar antes de embutir.
Sobre todo los farinatos y las morcillas. Los chorizos y los salchichones, olían mejor. Pero el revuelto de la grasa con la cebolla, pan y pimentón, así como la sangre y la calabaza con sus especias, revolvían lo suyo. olor a tripas, donde después de lavadas se embutía.
Aunque mondongo sea la panza de los animales, el mondongo en sentido figurado, es lo que cubren los engalanamientos de este país.

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