Un programa en el canal Sur de Andalucía, en el que se quejaban de los tópicos que padecen los andaluces donden el peor es que le cuelguen la etiqueta de bagos.
En el tiempo que yo aguanté el programa, nadie dijo que los señoritos andaluces, que poco esfuerzo han hecho, han sido los que han sembrado, y lo siguen haciendo, que los andaluces son así. Ellos a costa del trabajo de otros andaluces, han viajado antes que los emigrantes,poniéndolos degandules, quizá para justificar que los tenían poco menos que en esclavitud.
Todos los tópicos siempre llevan algo de verdad.
Los señoritos, (que no serán todos), que dicen que los andaluces son poco trabajadores, que se apliquen el cuento cuando se vayan de fiestas a costa del sudor ajeno.
Habrá tanto que hablar en relación a este tema.
Si la historia sagrada que nos obligaron a aprender de pequeños, es cierta, el trabajo fue una maldición divina,, un castigo por desobediencia. Y en este caso el primer trabajador fue el demonio que se disfrazó de serpiente, y con una manzana que parecía sana, y todavía la estamos escupiendo, dio trabajo permanente. Y sigue siendo el jefe.
Los señoritos de Andalucía y del mundo entero, que dejen de trabajar para el demonio. Y si quieren ser señoritos que lo sean con su esfuerzo y no se disfracen para engañar a los demás.
En el sigloXXI, tanto para creyentes, agnósticos, ateos... el trabajo es una pesadilla para la mayoría que lo tienen, y más para los que quieren tenerlo, y no lo consiguen. Y los que más satisfechos están con lo que hacen son aquellos que cobran el producto de los anteriores. Por lo que se enorgullecen de no dejar en paz a nadie, y ya sabemos quienes son.
Cada cual con su esfuerzo y su destino, tendrá que caminar con la esperanza de llegar a la verdad. Y no darle al demonio el poder que por sí solo no tiene, aunque se disfrace de poderosas empresas.
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