Y me dejó con miedos.
Esa sombra que no se diluye
sin saber por qué.
Pienso que es la luz
la que produce la sombra
que comenzó a confundirme
cuando él se fue.
La sombra se quedó conmigo.
Esos temores, esas dudas
que no soy capaz de discernir.
¡Qué rápido pasa todo!
La ausencia, el vacío...
¿Por qué siento que me falta tiempo?
¿Tiempo para qué?
Si él ya es luz
que no necesita tiempo.
El tiempo es cosa de hombres.
Y él va a la eternidad.
Yo aquí dejo los miedos,
que el destino decidirá.
Cuando se pierde un camino,
hay que volver a empezar.
Poco ha de mirarse atrás,
que hay una cruz en el cielo
que vale la pena buscar
con los ojos entre abiertos
se contempla al meditar.
Y en nuestro interior hay paz.
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