Dos ruedas se entrelazan
para hacer mover la noria.
La fuerza del animal,
hace que gire ella toda
hasta agotar el manantial.
Que regando da su vida,
y recibe lo que da.
Porque así en el Universo,
círculos de la unidad,
siendo las vidas todas
símbolos de eternidad.
Cada uno con su rueda,
es parte del mismo plan,
unidad universal.
Como el agua que en la lluvia,
sube y baja en su rodar.
Siendo la misma de siempre,
muere y nace sin parar.
Así nuestro caminar.
Yendo y viniendo aprendemos
el ritmo del corazón.
El eje que da respuestas,
es amor sin condición.
Y nunca se hallará fuera,
la esencia que no nació.
Lo que no ven nuestros ojos,
al intuir ya sabemos,
la intuición es interior.
De tantas vidas vividas,
solo recuerdos son círculos.
De árabes vengo, intuyo.
Y es la intuición la que vale.
Más valor que la razón,
el gran símbolo de amor,
al saber del corazón.
Que siempre ayuda a la ciencia,
el poder de la conciencia,
en el eje de la rueda
se desgasta la materia.
Los destinos nos recuerdan
una vida dando vueltas.
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