La verdad es una, y cuanto más conocemos de ella más seguros y firmes nos sentimos.
Cuando se rechaza la materialidad, más se acerca la perfección, y se consigue seguridad. El espíritu se concentra en el bien, y no concede ningún poder al mal, que por sí solo carece de realidad.
El espíritu transmite sus mensajes a través de los nervios.
Los pensamientos de inquietud o de temor, producen ansiedad. Buscar la causa, disolverla en el silencio y reafirmarse en la paz y la fortaleza del espíritu, que no está sometido a perturbación cuando se tiene la certeza de su poder.
No temer al fracaso, sentirse protegido, y beber agua despacito.
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