Dispone la fachería
que se siga torturando
con la violencia ancestral
sin conservar aquel arte.
Si el arte puede cambiar
¿Por qué no cambia la barbarie?
El toro sale a jugar
por escapar de la cárcel.
Pero entra en una guerra
contra molinos de viento,
que cuando la ve perdida
comienza a pedir la muerte.
Porque la muerte libera
de tortura y agonía,
que el engaño que da un trapo
se convierte en agonía.
Tradiciones enquistadas
como las penas del alma,
cubiertas de disimulos,
que más que cubrir destapan.
Que no hay que olvidar la historia,
los molinos y las aguas.
Pero molinos no mueven
aquellas aguas pasadas.
El que quiera ser feliz,
saque las penas del alma.
La felicidad vendrá
a la conciencia calmada.
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