jueves, 31 de marzo de 2016

SIN PATENTE Y SIN REGISTRO

Cuando tuve conciencia de mi existencia, ya estaba bautizada como todos los demás en mi entorno. Ahora ya en la vida pasada he oído repetidas veces la misma historia, que por lo menos en parte es falsa. Eso ya lo he ido descubriendo poco a poco sin entender hasta que punto la historia es cuento.
Dos mil diez y seis, y la vida de Jesús, El Cristo, es usada para bien o para mal, para confundir más que para aclarar.
Yo creo en él, y me da igual si existió realmente o no, o si ha de venir aunque no haya sido, o si ha sido y no ha de venir. Pero eso sí, a mi manera, porque la de otros no me sirve.
Hace cinco siglos que se supone fueron pronunciadas estas palabras:
"Plugo al Señor que tuviese, a veces la siguiente visión. Que viese junto a mi sobre mi mano izquierda un ángel en forma corpórea. Es un tipo de visión que no suelo tener salvo muy raramente. Aunque a menudo veo representaciones de ángeles. mis visiones son del tipo que anuncié antes.
Plugo al Señor que viese a ese ángel del siguiente modo: no era alto sino de baja estatura y muy bello, su rostro tan inflamado que parecía pertenecer a la categoría más elevada de ángeles, que parecen estar ardiendo.
Debe ser uno de aquellos llamados Querubines, no me dijo su nombre, pero bien me di cuenta que existe una gran diferencia entre unos ángeles y otros que posiblemente no puedo explicar"

Hoy de estos ángeles, diría Serafines, y lo diría con un lenguaje actual.
Y digo yo, cambiando de tema: mi fe es mía. Dios , Naturaleza y arte, la energía natural de la belleza. El placer de ser feliz con lo que se tiene, cuando se tiene paz en el corazón y tranquilo el espíritu.
En el arte de vivir, que no falten estos principios. Y yo pido a Dios, a los ángeles y a los santos, sin patente  y sin registro, aquello que necesito, convencida de mi fe.

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