No podía ser de otra forma. meto la uña en el fango y salen las páginas 364-365, y... Son aquellos actos que según las distintas confesiones, dañan nuestra alma y ofenden a Dios. Pero mientras dicha ofensa no dañe a la sociedad en su conjunto, el legislador suele pasarlas por alto, por entender que pertenecen a la conciencia y la vida privada del individuo.
Aquellos que hablan en nombre de la religión, predican la moral, aunque a veces ellos mismos practican una doble moral. Es por ello por lo que la corrupción cometida por el religioso parece ser doblemente reprochable. Por un lado, en términos jurídicos o sociales laicos. Pero por otro, en términos morales y religiosos. Es decir, al corrupto se le señala con el dedo por corrupto. No obstante, al corrupto y religioso se le señalará además por hipócrita. Porque no hace lo que dice ni dice lo que piensa. El cinismo del predicador parece imperdonable para sus seguidores precisamente por el componente moral de sus enseñanzas. El individuo ateo corrupto ha de responder ante el estado, el creyente lo hará también ante Dios, y el predicador...ése se someterá al juicio de los anteriores además de al de sus propios seguidores.
Como decía, la moralidad está en todas las religiones y casi toda moral habla de corrupción. Aquí la corrupción no es delito sino pecado, y se depura de muchas maneras: en un confesionario ante un sacerdote para los católicos, en meditación y oración individual pidiendo perdón y expresando la intención de enmienda entre judíos y musulmanes, o haciendo algo bueno para equilibrar el karma para budistas e hinduistas.
Esto es parte de la página 364. El Fango de Baltasar Garzón.
Yo por mi parte creo, que tanto ateos como creyentes, y hasta los más corruptos, por muchos crímenes que lleven en su historia, tienen conciencia, y también pienso que el destino siempre cobra, aunque sea difícil de creer.
¿ Se puede ser feliz en la corrupción? Yo que creo en Dios a mi manera, y no entiendo otra manera de creer, pienso que es imposible ser feliz engañando a la propia conciencia.
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