lunes, 29 de octubre de 2018

UN CUERPO QUE SE ALIMENTA

Tantas soledades pasé,
que no pienso en las que quedan.
No experimenté la del hambre,
de alimento satisfecha.

Volverán las soledades
al alma que me sustenta.
Pero el alma ya curtida,
será más fuerte que ellas.

Y es que mi yo superior,
con su poder infinito,
cuando todo se oscurece,
pone luz en el vencido.

El poder de lo intangible,
que protege lo sutil.
Y lo sutil es el alma.
Y en el alma está el sentir.

Primera soledad se olvida.
quizá fue antes de nacer.
Soledades deseadas,
sin desearlas también.

Soledad y confianza.
Las dos fuerzas de la fe.
Siendo la fe confianza,
nada tienes que temer.

Un cuerpo que se alimenta,
ya le anima su energía.
Ánima y alma es lo mismo.
Las dos fuerzas de la vida.

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