Desde la otra orilla,
movidos por la memoria
que el presente exprime.
En sus obras los sabios permanecen.
Inmunes al olvido de la falsa historia
que cuenta el pasado a su antojo.
Obras son, espejo y corazón.
tu obra se quedó en tu escuela,
que no supo por qué razón,
esperó la llegada del momento.
El rayo de luz que traspasó.
Fronteras del olvido pernicioso
que dejan las obras sin honor.
La obra que vale sola es ella
sin que importe el nombre del autor.
Exuperancia González Sánchez,
maestra de enseñanza elemental.
El título y el premio americano
cada cosa en su lugar.
Contemplando el silencio de la noche
y el trasiego del día.
Arte y cultura, verdad y mentira.
fuerzas opuestas, muerte y vida.
Hubo una mensajera en tu descendencia
que me entregó estos poderes.
Hasta la ciudad de Chicago,
cuando el hombre aún no volaba
y admirando tus bordados
María Cristina de España
la que fuera Madre Reina
del que Rey ya naciera.
movidos por la memoria
que el presente exprime.
En sus obras los sabios permanecen.
Inmunes al olvido de la falsa historia
que cuenta el pasado a su antojo.
Obras son, espejo y corazón.
tu obra se quedó en tu escuela,
que no supo por qué razón,
esperó la llegada del momento.
El rayo de luz que traspasó.
Fronteras del olvido pernicioso
que dejan las obras sin honor.
La obra que vale sola es ella
sin que importe el nombre del autor.
Exuperancia González Sánchez,
maestra de enseñanza elemental.
El título y el premio americano
cada cosa en su lugar.
Contemplando el silencio de la noche
y el trasiego del día.
Arte y cultura, verdad y mentira.
fuerzas opuestas, muerte y vida.
Hubo una mensajera en tu descendencia
que me entregó estos poderes.
Hasta la ciudad de Chicago,
cuando el hombre aún no volaba
y admirando tus bordados
María Cristina de España
la que fuera Madre Reina
del que Rey ya naciera.
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