Sesenta y tres años sin vacaciones y sesenta y tres años de vacaciones. Doy gracias a Dios por ello. Sí, porque he aprendido a volar con las alas del corazón, desde la mente, desde mi yo, llego al Yo superior donde no falta nada. Desde mi libertad, pido y me conformo. desde mi sentir acepto, desde mi ser suficiente, tengo suficiente y hago suficiente. Tengo agua donde hay aire, fuego y tierra. Tendré vacaciones cuando quiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario