martes, 11 de marzo de 2014

MOROS CRISTIANOS EN EL TREN

Si hace diez años, sentí vergüenza ajena al encender el televisor para ver qué era lo que me contaban de una tragedia en Madrid, hoy siento más dolor que aquel día.
Yo, que después de unos 14 años sin ir a votar aunque iba a los mítines de P.P. y P.S.O.E., porque eran  los únicos que me enteraba que había. Lo hacía desde que hice un curso de periodismo, (el único interesante  de los muchos que he hecho), y salía siempre con la convicción  de que si no votaba, estaría mucho más tranquila mi conciencia.
Pero que volviera a ganar el P.P., aunque no nos gustaba nada el P.E.S.O.E. en aquel 2004, a algunos nos quemaba la sangre, hasta que se nos heló ese fatídico día en que dudamos  si seguir pasando de votos, o ir a votar y arrepentirnos de ello como ha ocurrido cuando lo hemos hecho ¡Y además con semejante Ley electoral...!
Hoy siento más vergüenza porque nos gobiernen los mismos de la misma manera, pero más gordos.
De aquellos días recuerdo, las estupideces que amordazaron a la prensa, y que entonces me hicieron recordar lo que me dijo años atrás el periodista que dio el cursillo. "A ti un periódico te duraría unos ocho meses como mucho".
También recuerdo la manifestación de todos los poderes, que sigo sin entender qué reivindican Moros y cristianos, aquí juntos o revueltos, mientras  que las víctimas eran y siguen siendo otras, como siempre.
Cuando rezo, en mi autonomía por la Iglesia de Dios, cosa que hago todos los días, no me refiero ni a la de Roma, ni a la Conferencia Episcopal sino a los pueblos de todo el planeta que sufren la estupidez  de los inútiles que dirigen.

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