lunes, 24 de marzo de 2014

SUAREZ EN EL 22M

El destino ha querido que Adolfo Suarez se despida cuando algo o alguien hay que quiere lo que él pretendió y casi lo consigue. Ahora es el pueblo el que  hereda a un solo hombre su política para que allá desde esté consciente con toda su memoria encontrada.Quizá ésta vino a visitarle en complicidad con su silencio, y sus partes unidas en un todo, decidieron hacer testamento a favor del pueblo porque no tiene quien le represente, y aquella democracia que no pasó de la transición, quiere ser la que se pretendió.
Quizá su memoria huyó despavorida al ver que se jugó la vida para que las semillas cayeran  entre piedras, las comieran los pájaros o las asfixiaran las cizañas. Por lo que la escasez  y la abundancia, urdieron una guerra silenciosa que si no la gana el pueblo la perderán todos.
Él hablaba de dignidad y hoy 22M, es la marcha por la dignidad, mientras su fuego consume la vela para que su vida, con su su memoria compuesta, vuele a través del tiempo y del espacio, y poder orientar con su energía al dolorido pueblo que clama en el desierto, y le guíe hacia el oasis por el camino de la verdad que no es ni izquierda ni derecha, ni delante ni detrás.
¿Quien provocó la violencia en la plaza de Colón para deslucir la marcha por la dignidad?
El pueblo cansado no, la indignidad sí, y la indignación también.
Adolfo Suárez se ausentó hace años, ahora se marcha para quedarse joven  para el pueblo, al que le privó de su vejez. El fracaso pasó, y el éxito se quedó para siempre.
Que se curen las heridas de los que perdieron los papeles y sea justa la justicia de los fieles. Que se curen las heridas del alma de los que sufren injusticia.

Descanse en paz Adolfo Suarez.







































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