Agradezco el buen trabajo de la gente,
y el entusiasmo de un buen servicio.
Acepto mi ignorancia y mi descuido.
El destino decidió seguir y vivir.
Se puede cooperar sin competir,
y así será en el futuro
¿Por qué no practicarlo ya?
Para competir, el deporte duro.
Cooperar para el mundo que viene.
Cooperar por la dignidad humana.
Cooperar es vivir, aceptar, agradecer...
Cooperar amando la verdad con causa.
Agradezco diligencia, paciencia y templanza.
Que en hora cero, los ángeles decidieron por mi.
Cooperando recibí su confianza,
confiando en lo que tantas veces yo pedí.
Ángeles de las noches y los días,
en aquellos que se esfuerzan por servir.
En la cooperación va su alegría
y no hay vicio de competir.
Un juego de ángeles será,
en la línea entre la vida y la muerte.
Ellos saben como y cuando.
La alegría es su fuente.
Es la alegría de vivir,
cuando se sabe aceptar.
Cuando se sabe agradecer,
y se quiere cooperar.
Entre la vida y la muerte,
un destino que nos lleva,
como corriente de río,
al fin al mar siempre llega.
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