Mientras los dioses esperan, la humanidad debe actuar.
Ni rojos ni blancos. Solo los pueblos unidos se pueden gobernar. Dejando las urnas vacías.
Cada cual en su pueblo, un día llegará. Y mientras llega y no hay pan ni paz para tantos niños que mueren sin amor de los que les pueden salvar.
No dejarse engañar por los que están arriba manejando septas, que manejan la vida de los pobres.
Los niños del futuro lo han de demostrar, serán los que sus madres se ocupen de su ser, desde su existencia y antes de nacer, y sus primeros pasos, y unos años después. en una vida alegre el niño ha de crecer, creyendo en el amor, que es el mayor poder al que ha de aspirar por el bien hacer. que al fin la humanidad llegará a poseer el equilibrio, la confianza, el mayor placer de sentir a su Dios dentro de él.
Mientras los dioses esperan, el hombre ha de luchar por el bien. Humildad y sabiduría, no hay nada que pueda vencer.
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