jueves, 10 de mayo de 2018

REGENÉRALOS SEÑOR

De la mala educación, manadas.
Perdónales Señor,
porque no saben lo que hacen.
Dijo muriendo el amor.
Cara escuela en democracia.
El maquillaje no cambió.
Solo tapó las arrugas,
que la dictadura dejó.

Los dineros mal gastados
en orgías y bacanales.
El machismo disfrazado.
Ni mujeres ni hombres
de sus garras se han librado.
Y en su caldo de cultivo,
la lívido maltratando.
Y sin ningún beneficio.

Pobres ricos que disfrazan,
con falsedad sus sentidos.
Creyéndose lo que son,
pierden el tiempo engreídos.
Olvidando lo que fueron,
y el sentido de nacer.
Que por algo habrán venido.
Y su destino es volver.

Volverán con sus hechos,
como todos los nacidos.
Y con sus manos vacías,
el alma busca su sitio.
El que ha dado sus talentos,
lleva la paz en su espíritu.
Que al otro lado el amor,
la verdad es su destino.

¿Qué puede perder un pobre,
siendo feliz con tan poco?
Para ser feliz un rico,
tendrá que perderlo todo.
Y así aprender a vivir,
como el pobre sabe siempre,
que todo está en la esperanza,
que la verdad siente.

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