Llorar de frío.
Culpar inocentes
¡Qué desvario!
Los que dividieron
quieren unir.
Los territorios
son su cortijo.
En la guerra gana
solo el maligno.
Hambre y sed.
Miseria y piojos.
Los que vencieron
fueron vencidos.
Ya lo sabían,
y en su impotencia
su sacrificio.
Su vida entera,
criando hijos
bien bautizados
van si bautizo.
Son mercaderes
los que te dicen
donde está Dios.
Y no repliques,
que son señores,
y tú servidor.
Axfisian el arte
y su naturaleza.
Mercadeando medran.
En el delirio de su grandeza,
la parte de Dios
es muy pequeña.
Dios en la ciencia,
propicia errores,
así despierta
a los inventores.
A los desvalidos
fuerza y valores.
En ese juego
se siente lo divino,
aunque a veces cuesta
creer en el destino.
El martirio de la guerra,
el martirio de Cristo.
La verdad espera,
no el día del juicio
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