No quiere cama mi Luna.
En el suelo estiradito.
Con este calor de Junio.
En duro pero fresquito.
Once años bien cumplidos,
tiene ya mi gato sabio.
En torno a él gira todo.
Ejemplo de los humanos.
Buen alumno y buen maestro.
Escucha cuando le hablamos,
y cuando no está de acuerdo,
calla y musga como un gato.
A veces mira la tele,
no sé si por imitarnos.
Él quiere ser uno más.
Quiere hacer lo que yo hago.
Sufre cuando no le hablo,
y por ello sufro yo.
Cuando mea fuera del tiesto,
mal trago para los dos.
Pone cara de misterio
cuando mira lo que escribo.
Sigue el ritmo del bolígrafo,
y me mira complacido.
Conoce mis movimientos,
si hay dolor, y si hay pesar.
Y sabe en cada momento,
valorar la libertad.
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