El dolor del frío de las manos,
que en la infancia hubimos de soportar.
La educación perniciosa del franquismo.
Esperanza en un futuro que soñar.
Ahora vuelve el dolor acumulado,
en la memoria donde se guarda todo.
No hace falta probar el frío,
que los dolores vienen solos.
Sabiduría de dolor y experiencia.
que la existencia juega con nosotros.
Y sin memoria nos coloca en una rueda,
donde vamos buscando acomodo.
Viene la memoria y va, como la lluvia,
que fluye, vuelve y revuelve,
sin que podamos controlar a nuestro antojo
el poder que nos mueve.
Duelen los derechos humanos.
Duelen por su ausencia.
Más ha de dolerle
al que compasión no sienta.
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