Ningún Maestro instituyó ninguna religión. ¿Por qué a todos los grandes sabios, se le adjudica una?
La sabiduría no necesita religión. Es la religión la que necesita un sabio a quien colgarle el san benito de fundador de una institución.
No hay verdadera sabiduría sin humildad, serenidad y amor.¿Qué religión es capaz de enseñar verdadera sabiduría? Todas mienten. ¿Cómo se puede enseñar la verdad mintiendo? La verdadera sabiduría no se alcanza aquí. Aquí solo se puede buscar o esperar, o sea, intuir.
El Maestro intuye, y después confía.Esta es mi verdad, que no tiene por qué ser, porque no es más que hablar con el corazón, o mejor dicho, escribir.
Ahora la única religión es el coronavirus, que nos tapa la boca.Es el dios justiciero que limpia el mundo, que lo vuelve a ensuciar. Que no entiende nadie. Que provoca crisis para que sus creadores hagan negocio. ¿Y los negocios para que sirven? Para engordar, para exprimir, para que todo siga igual. Y si puede ser peor. Porque cuanto peor para otros, mejor para mí. Esta es su religión, y el coronavirus su Dios.
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